Un hombre, muy dado a la bebida, se quedo una mañana pensativo y triste junto a su cama. durante la noche había tenido un mal sueño.
Mientras tanto su mujer en la cocina trataba de preparar el desayuno con un escaso residuo de café, con unos cuantos mendrugos de pan endurecido y con un poco de azúcar que había raspado del fondo de la azucarrera. Su hijo, de unos doce años, jugaba fuera de la cocina, al juntarse los tres alrededor de la mesa desvencijada, el hombre dijo: He tenido un sueño terrible; he soñado con una rata gorda, dos ratas flacas y una ciega.
El niño se dio una palmada en la frente y dijo triunfalmente:--Yo se lo eso significa.
--¿De veras? A ver, dimes---ordenó el padre con voz vacilante.--- pues mira: la rata gorda es el cantinero que te vende la bebida; la rata ciega eres tú que tela bebes y las dos ratas flacas somos mamá y yo que sufrimos la consecuencias.
Aquello fue bastante para abrirle los ojos al hombre y persuadirlo a efectuar un cambio, radical en su vida.
